La muerte violenta de Lübcke, político de la Unión Cristianodemócrata (CDU), el partido de la canciller Angela Merkel, encendió las alertas en Alemania por la violencia de la ultraderecha ese año, en el que se registró un incremento de 19% de los crímenes de motivación política, la mitad de ellos con ese trasfondo ideológico.
La Fiscalía General alemana presentó el pasado abril la acusación formal contra Ernst, a quien se le imputa haber acudido a la casa de Lübcke la noche del 1 de junio de 2019 con el propósito de asesinarlo, motivado por la defensa del político de la política alemana de acogida de refugiados.
Tras reconocerle sentado en la terraza de su casa, se acercó y lo mató de un disparo a escasa distancia, según la acusación.
En su escrito, la Fiscalía consideró que Ernst actuó por "racismo y xenofobia", movido por su ideario ultraderechista. Además, cree que no actuó solo y se presentó una acusación por presunta complicidad contra Markus H., quien le habría suministrado el arma con la que cometió el asesinato.
Los dos estuvieron presentes este martes en la audiencia, la primera de las 30 previstas en este proceso que ha devuelto la atención sobre aquel suceso, con el trasfondo de otros casos similares en los últimos meses que han puesto de relieve la asociación entre violencia y la ultraderecha.
rrr (efe/reuters/dpa)